Cuencos tibetanos para desbloquear y activar el primer chakra o chakra raíz: Muladhara.
El primer centro energético es el chakra raíz o muladhara y se relaciona con el elemento tierra y el color rojo. Se asocia con la seguridad, la supervivencia, con nuestros cimientos básicos, con los hábitos más instintivos y con la aceptación propia.
El chakra raíz, o Muladhara está ubicado al final de la columna vertebral entre el ano y los órganos sexuales y se relaciona con los órganos de eliminación. El primer chakra es el reino de los hábitos inconscientes, la tierra del comportamiento automático. El primer centro energético es la despensa de los profundos patrones instintivos y emociones primarias que son imprescindibles para sobrevivir. La función de eliminación se aplica para los aspectos físicos, mentales y emocionales.
Cuando el chakra raíz se encuentra en equilibrio nos sentimos conectados con la realidad, centrados, seguros, leales, estables y nuestras funciones de eliminación trabajan adecuadamente en armonía. En cambio, si este chakra está en desequilibrio existe miedo, inseguridad y sentimos la vida como una carga. A un nivel físico el desequilibrio se manifiesta en una constitución débil, problemas de eliminación y escasa resistencia mental y física. Con el chakra raiz fuera de balance los pensamientos se vuelven obsesivos; la tristeza se ancla como una emoción estable y puede aparecer; la depresión.
Por esto, una persona estancada en un hábito, o extremadamente rígida que no permite nuevas ideas, personas o sentimientos en su vida, tendrá sus funciones de eliminación también rígidas. Y cuando una persona no sabe disfrutar experiencias, asimilarlas y deja que todo ocurra sin obtener “nutrientes” ni aprender de su experiencia vital, su estado a nivel físico, mental y espiritual será deficiente y desarmonizado.
En su mejor uso, el chakra raíz o Muladhara, proporciona pureza, seguridad y universalidad. Los problemas surgen cuando existe un enfoque de la conciencia sin la conexión y la sincronización con los otros chakras. Entonces, sus funciones se exageran y polarizan, la eliminación no es fluída y la falta de niveles apropiados de apego se aceleran ocasionando inseguridad. Cuando el primer chakra está funcionando perfectamente y está bien integrado con los demás chakras eres seguro, estable, firme, leal e implacable en un sentido positivo. Muestras gran resistencia en situaciones no ideales y tienes un sentido de autosuficiencia e independencia enormes. Sientes que tienes una base y no te molesta la sensación de una carencia emocional a la deriva.
Con el primer chakra fuerte, la confianza es automática. A su vez, el chakra raíz también se asocia con el sentido del olfato. Entonces si las toxinas se retienen en el cuerpo, este comienza a emanar un olor desagradable. Si en este momento el chakra raíz se encuentra en equilibrio y funciona bien, tu cuerpo tiene un olor agradable. El sentido del olfato también está vinculado con la supervivencia. No solo te puede informar acerca de una enfermedad, también te puede hacer percibir cambios importantes de conciencia en los demás.
Los chakras son centros energéticos inmensurables a través de los cuales fluye la fuerza de la vida. En el cuerpo humano hay 7 chakras, vórtices energéticos relacionados con aspectos esenciales de nuestro ser, por lo tanto la sanación, activación y desarrollo de cada chakra es fundamental para lograr el equilibrio y armonía del cuerpo físico, mental y emocional. Los tres chakras inferiores representan el reino del inconsciente.
Fortalecer el chakra raiz es esencial para organizar las energías de los chakras inferiores y poder penetrar en los reinos superiores de la Conciencia que se inician en el cuarto chakra. La meditación es la herramienta fundamental para el correcto equilibrio de los sietes chakras. Desde el verdadero conocimiento se abandonan las ideas subjetivas y autolimitantes, se trasciende la dualidad de opuestos y se renuncia a cualquier interpretación.
La sabiduría es Unidad, sentir que todos somos uno es la verdad más profunda que se puede alcanzar. Desde la unidad dar es recibir, y amar es ser amado. La fluidez de la energía entre los siete chakras y su correcto equilibrio es fundamental para el bienestar emocional, el confort físico y el desarrollo espiritual que lleva hacia la paz más sublime y serena.