Cuencos Tibetanos Para Activar La Glándula Pineal | Sonoterapia

Sanación Vibracional con Cuencos Tibetanos e imagenes subliminales que estimulan la secreción de MELATONINA mediante la activación de la glándula pineal.

La glándula pineal es una pequeña glándula endocrina que se encuentra en el cerebro de los vertebrados. Su principal función es regular los ritmos circadianos, que son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24h y están relacionados directamente con la luz y oscuridad. Para realizar esta labor produce melatonina, una hormona derivada de la serotonina que afecta a la modulación de los patrones del sueño. Su forma se asemeja a un pequeño cono de pino (de ahí su nombre), y está ubicada en el epitálamo cerca del centro del cerebro, entre los dos hemisferios, metida en un surco donde las dos mitades del tálamo se unen.

En la esfera espiritual la glándula pineal se la denomina tercer ojo o sexto chakra. Su don es la visión, el poder del tercer ojo es la capacidad de observar el mundo exterior con una mayor profundidad e indagar en el mundo interior de la espiritualidad.

La activación de la glándula pineal nos abre la puerta de las dimensiones más sutiles, de la percepción lúcida y el conocimiento trascendental. El Tercer Ojo no sólo es la sede de la sabiduría, sino también de la conciencia. Desde aquí tu visión te permite ver no solo lo que sucede, sino también su significado, extrayendo una valiosa enseñanza de cada situación.

Cuando estás en plena conciencia has conquistado tu libertad, sientes una serena paz interior. En este estado es fácil reconocer que el sentido de la justicia y todo ética no es más que: Amar al prójimo como me amo a mí mismo. El poder último del tercer ojo no es dotarte de más visión, sino de comprensión.

Los cuencos tibetanos son instrumentos de sanación, relajación y meditación. Sus orígenes datan de tiempos remotos, varios siglos antes de la aparición del budismo.

Es un hecho contrastado que los monjes budistas han usado los cuencos tibetanos durante siglos para rituales sanadores. Los cuencos que utilizó en esta sesión son de dos clases: Cuencos tibetanos de metal y cuencos de cuarzo. Los cuencos de metal están compuestos por una aleación de siete metales: plata, oro, mercurio, estaño, plomo, cobre y hierro, forjados de forma artesanal. Los cuencos de cuarzo tienen un origen mucho más actual, están compuestos de este mineral y su particularidad es que su estructura molecular es muy similar a la del ADN humano.

Además estos cuencos, tocados en su vibración correcta desprenden sonidos muy potentes que se escuchan hasta un kilómetro de distancia y duran varios minutos.